2012(e)ko apirilaren 4(a), asteazkena

CONTRIBUCIÓN DEL ÁREA DE RELIGIÓN A LA ADQUISICIÓN DE LAS COMPETENCIAS BÁSICAS

Competencia en comunicación lingüística

La enseñanza religiosa católica aporta elementos básicos en cuanto al logro de las competencias en comunicación lingüística, pues se sirve del lenguaje académico, de aquellos lenguajes que conforman la cultura que se transmite en el área de religión, así como de los lenguajes de la propia enseñanza religiosa.Por otra parte, es propio de la enseñanza religiosa católica la utilización de los diversos modos de comunicación de Dios con el hombre. El lenguaje bíblico y su riqueza de expresión y simbología, el lenguaje doctrinal y su precisión conceptual, el lenguaje litúrgico, el lenguaje testimonial, que hace posible la transmisión vital de lo creído. Todo ello, posibilita el enriquecimiento del vocabulario.

Competencia social y cívica

La enseñanza religiosa católica expone, fundamenta y jerarquiza los valores y virtudes que contribuyen a educar la dimensión moral y social de la personalidad del alumno, en orden a hacer posible la maduración en la corresponsabilidad, el ejercicio de la solidaridad, de la cooperación, la libertad, la justicia y de la caridad. De esta forma, se contribuye directamente a la dimensión moral de la persona favoreciendo que los alumnos reconozcan la raíz de su propio ser y de sus comportamientos. En lo más profundo del ser cristiano surge el valor de la fraternidad. De ahí que las mínimas exigencias éticas de convivencia, participación, respeto, cooperación, no violencia, justicia, diálogo, perdón estén fundamentadas y sean consecuencia de la fe cristiana.


Competencia cultural y artística

La contribución a esta competencia se relaciona con los aspectos de conocimiento y valoración de la expresión artística, plástica, histórica, simbólica, lingüística, de costumbres, ritos, fiestas, valores y modos de vida impregnados de cristianismo y que son manifestación del hecho religioso. La Religión y Moral católica presenta el acontecimiento cristiano en diálogo con la cultura, incorporando el saber de la fe en el conjunto de los demás saberes. Con ello, el alumno adquiere una valoración crítica de la cultura a la luz el evangelio, motivando, al mismo tiempo, el aprecio de la propia cultura y la estima de otras tradiciones culturales y religiosas.

Competencia de aprender a aprender



La enseñanza religiosa ayuda a los alumnos a ser protagonistas de su propio aprendizaje. Aprender a aprender conlleva el impulso del trabajo en equipo, la síntesis de la información y la elaboración de la propia opinión.


Competencia de autonomía e iniciativa personal

Es finalidad fundamental del quehacer educativo que los alumnos descubran su identidad personal, pero esto no será posible sin una apertura al significado último y global de su existencia humana. La autonomía e iniciativa personal se realiza en el conocimiento de uno mismo, en su ser más profundo, en sus potencialidades, en su dignidad y en su sentido. La enseñanza religiosa católica se dirige a la persona concreta en sus raíces, en sus posibilidades humanas de acción y de servicio y, sobre todo, se dirige al ser humano en su finalidad trascendente. Desde los procedimientos del área se favorece esta competencia básica desarrollando iniciativas y atendiendo especialmente a que los alumnos y alumnas construyan un juicio moral basado en principios, valore y actitudes que emanan del evangelio.

Competencia en el conocimiento e interacción con el mundo físico


La Religión contribuye al desarollo de esta competencia iluminando las respuestas y las soluciones a los problemas que surgen en la interacción del ser humano con el medio físico y consigo mismo. También contribuye a la valoración ética del uso de la ciencia y de la tecnología. A su vez, apoya y da sentido a las habilidades y destrezas relacionadas con la ecología, que se adquieren desde esta competencia.

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