Los sacramentos son signos mediante los cuales la Iglesia transmite la salvación de Dios.
Tienen su origen en palabras y hechos de Jesús y fueron desarrollados por los primeros cristianos siguiendo el mandato de Jesús. Esta práctica se ha mantenido a lo largo de los siglos. En los sacarmentos se realiza el encuentro más pleno y decisivo con Dios. Jesús se hace presente en ellos y, por medio de su Espíritu, nos comunica la vida de Dios y su salvación.
Sacramentos de iniciación: Bautismo, Eucaristía y Confirmación.
Sacramentos de curación: Perdón y Unción de enfermos.
Sacramentos de servicio: Matrimonio y Orden sacerdotal.
Bautismo: Renacimiento a la vida de Dios y pertenencia a la Iglesia.
Perdón: Reconciliación con Dios y con los demás.
Eucaristía: Encuentro con Jesús, alimento de fe y de vida.
Confirmación: Madurez en la fe y donación del espíritu Santo.
Matrimonio: Unión de amor y servicio a la familia y a la sociedad.
Unción de enfermos: Fortaleza en la enfermedad y esperanza en Jesús.
Orden Sacerdotal: Entrega al servicio del evangelio y de la Iglesia.
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