Niños, niñas y jóvenes estudiantes de Primaria
y Secundaria de 15 países hemos trabajado en común sobre las personas migrantes
y refugiadas, intentando conocer las situaciones que atraviesan, las causas que
las llevan a abandonar sus países y su vida, intentado empatizar con sus
miedos, sufrimientos y esperanzas; nos hemos esforzado por conocer la realidad
obviando silencios y desinformaciones, a partir de datos y experiencias reales,
superando rumores y estereotipos, tomando conciencia crítica de la vulneración
de derechos que se dan en los procesos migratorios.
La propuesta Derechos Sin Fronteras aborda los
movimientos de personas no como un problema, sino como una realidad, poniendo
de manifiesto la riqueza que supone la diversidad. Buscando una comprensión de
la realidad que mueva a tomar postura y poner en acción nuestro poder como
ciudadanos y ciudadanas para cambiar percepciones, actitudes y “normalidades”
sociales injustas que provocan violencia y sufrimiento, así como contribuir a
cambiar políticas que generan injusticias con las personas migrantes.
Este manifiesto es fruto del trabajo de las
clases que hemos participado en la presente edición de Conectando Mundos,
“Derechos sin fronteras” y recoge sus principales conclusiones. Trabajar con
compañeros y compañeras de otros colegios ha sido una experiencia en la que
hemos aprendido a convivir y colaborar con personas diferentes y variadas.
HEMOS TOMADO CONCIENCIA DE QUE
todo el mundo tiene derecho a desplazarse y a
ser bien recibido. Todos los seres humanos podemos ser migrantes en algún
momento.
Las personas con costumbres, procedencia,
religión, color, lenguas diferentes a las nuestras nos hacen crecer
culturalmente. No impiden ser amigos, convivir, jugar juntos y ayudarnos. Todos
aprendemos de todos y todos necesitamos de todos.
Siempre que haya respeto, seremos capaces de
solucionar todos los problemas que puedan surgir. Incluso cuando cuesta,
siempre es más fácil hablar.
Hemos aprendido a valorar lo importante que es
buscar lo que nos une más que lo que nos diferencia. La amistad y el diálogo pueden
derribar muros.
NOS PREOCUPA QUE
millones de personas se vean arrancadas de su
tierra, sus casas, sus amigos, sus familias,… por la guerra, la violencia, la
persecución, la pobreza. La esperanza de una vida mejor les hace soportar el
miedo, el dolor, la soledad, los peligros y abusos que encuentran por el
camino.
Nos preocupa que haya países, empresas y
mafias que se aprovechen del sufrimiento de los demás: gobiernos que no cumplen
con sus obligaciones, comercio de armas que sustenta y provoca las guerras,
traficantes de personas que extorsionan y engañan con viajes que resultan ser
una estafa mortal,…
Todos los seres humanos tenemos derecho a
movernos libremente, pero miles de personas, tras poner en peligro sus vidas, y
perderlas en muchísimos casos, encuentran muros y alambradas, campos de
refugiados y de internamiento que se parecen mucho a una cárcel.
Las mismas fronteras que se abren
generosamente para empresarios y banqueros, futbolistas y famosos se convierten
en barreras infranqueables para quienes sólo buscan vivir en paz.
Vivimos en un mundo con más muros que
derechos. Fronteras y muros amenazan las libertades de todos y no solucionan
nada. La frontera no rompe un territorio, rompe un corazón.
Nos preocupan los rumores y prejuicios, que son
muros altos y gruesos que hacen mal a personas con sentimientos como nosotros.
Inmigrantes y refugiados no vienen a robar el pan a nadie, sino a vivir con
libertad y justicia. Los prejuicios generan miradas que hieren e impiden que
las personas se encuentren.
No nos gustan los muros, que no hacen bien a
ninguno de los grupos humanos que están a uno y otro lado. Por eso
QUEREMOS
que no haya muros ni alambradas, ni físicas ni
psicológicas, que separen, sino puentes que unan. El mundo sería mucho mejor
sin fronteras que ahoguen los sueños de quienes dejan todo en busca de una
oportunidad de ser felices.
Medidas que garanticen a todas las personas
vivir en condiciones dignas, que es la manera más eficaz de que nadie tenga que
abandonar su tierra en contra de su voluntad.
Que se respete el derecho de todas las
personas a moverse libremente por vías seguras y legales, sin vallas que hieren
y matan, sin mafias que trafican con seres humanos. Migrar no debería ser legal
o ilegal; debería ser un hecho vital
Que las personas refugiadas reciban toda la
ayuda necesaria por parte de los gobiernos; que éstos cumplan sus compromisos y
den refugio a quien lo necesite, garantizando su derecho a solicitar asilo, en
lugar de poner trabas que convierten el ejercicio de un derecho en una carrera
de obstáculos.
Campañas públicas de información y
concienciación sobre los derechos de migrantes y refugiados. Información veraz,
basada en datos, que anule rumores y ayude a tomar conciencia de la realidad y
a implicarse en la solución de los problemas.
Que se garanticen las condiciones para que
todas las personas se sientan respetadas y queridas. Que las personas
refugiadas puedan ser felices. Que la gente se ría. Que nadie se sienta
invisible.
Que no se pierda la esperanza en que es posible
derribar muros, como demuestran quienes reivindican la entrada de personas que
buscan refugio.
Queremos contribuir a todo esto, para lo que
NOS COMPROMETEMOS A
Respetar a todas las personas sin excluir a
nadie. En nuestra clase respetaremos las diferencias y protegeremos la
igualdad, acogiendo a quien venga de fuera, buscando otras formas de
comunicación si no hablamos la misma lengua. A brincar, a jugar, a ayudar
todos.
Buscar soluciones dialogadas a los conflictos,
escuchando las opiniones de todas las personas, abiertos a otros puntos de
vista, intentando ponernos en los zapatos del otro.
Denunciar las injusticias lejanas y cercanas
con cartas a los medios de comunicación y a los representantes políticos,
manifiestos y campañas.
No dejarnos enredar por rumores ni contribuir
a prejuicios y estereotipos. No propagando dichos mensajes y buscar información
veraz.
Difundir lo que hemos aprendido, empezando por
nuestra comunidad educativa, la familia, los amigos. Informar y sensibilizar
sobre la situación de las personas refugiadas y migrantes y de sus derechos.
No olvidar lo aprendido: que todas las
personas somos miembros de una comunidad, la humana; que los muros y las
fronteras no pueden ser más altos ni más fuertes que las personas y sus
derechos.
Muchas pequeñas gotas
pueden hacer un mar;
muchas pequeñas voces
pueden formar un coro.
iruzkinik ez:
Argitaratu iruzkina