Génesis 3, 1-24
Adán y Eva eran muy felices. Dios los quería mucho y no quería que les pasara nada malo. Por eso dijo que no comieran de un árbol, porque su fruta era muy mala. Si la comían, dejarían de ser felices y buenos.
Pero un día, un enemigo de Dios, disfrazado de serpiente, les invitó a comer de aquel árbol. Adán y Eva cayeron en la tentación. Comieron aquella mala fruta, y dejaron de ser felices y buenos. Y al desobedecerle se escondieron de Dios.
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